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Foto del escritorEfecto Mcguffin

4-DICCIONARIO HATTIE: DEPRESIÓN (-0'36)





¿Qué decir de una de los problemas sanitarios más actuales de nuestra sociedad? ¿Y cómo afecta a nuestros alumnos en caso que la estén sufriendo? Según un estudio del 2002, "se han encontrado relaciones significativas entre el rendimiento académico deficiente y los trastornos por abuso de substancias (6-9), trastornos de déficit de atención (10,11), trastornos por estrés postraumático (12) y trastornos depresivos (13-17). Sorprende que no sean muchos los estudios y más aún cuando gran número de dispositivos asistenciales de psiquiatría infantil reconocen que uno de los motivos más frecuentes de consulta es precisamente el bajo rendimiento escolar (18,19). Sin embargo la literatura médica no ha tenido en cuenta la enfermedad afectiva o psiquiátrica en general en la infancia como causa de los déficits sociales, físicos o académicos (20), y a pesar de ello nadie duda que la mayoría de las alteraciones psiquiátricas provocan conflictos en el contexto escolar y en otras situaciones sociales." "Volviendo a la relación entre enfermedad afectiva y rendimiento académico, apuntar que las habilidades escolares de los niños depresivos no difieren de las de otros niños y que la evaluación de la inteligencia y de los trastornos de aprendizaje nos muestran que no existen diferencias entre los niños deprimidos y no deprimidos, pudiendo considerar por tanto que los problemas escolares son, al menos en parte, secundarios a una alteración cíclica de la conducta (7)." El rendimiento escolar deficiente y duradero va a dar lugar al fracaso escolar. Éste es cada vez más frecuente y su aumento va paralelo con un mayor nivel de exigencia y complejidad de la enseñanza. Con la aplicación de la ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) en el año 1990 que obligó a todos los alumnos a estar escolarizados hasta los 16 años, muchos de ellos con rechazo escolar y/o bajos rendimientos académicos se vieron obligados a continuar en el colegio, emergiendo una nueva situación que entre otros aspectos propició la aparición de nuevos problemas en el contexto escolar y familiar (violencia, aumento del número de fracasos, conflictos padres-hijos y padres-escuela)." Teniendo en cuenta sólo las razones individuales y excluyendo los déficits instrumentales (trastornos específicos, inteligencia...) nos encontramos que un alumno puede entrar en fracaso escolar por (19) : 1. Desinterés, cuando el niño entra en una desgana electiva con todo lo relacionado con la escolaridad y sin embargo puede mostrarse muy interesado por otras actividades, incluso intelectuales, que no forman parte de su programa escolar. 2. Pasividad escolar, que es cuando el niño logra realizar sus tareas sólo si es estimulado y confortado constantemente. 3. La oposición escolar, el niño manifiesta su malestar y rechazo al colegio de forma clara, pudiendo presentar alteraciones de conducta de tipo perturbador, absentismo, falsificación de notas etc. Las tres situaciones mencionadas pueden ocasionar con el tiempo la aparición de trastornos afectivos en el niño debido a que la escolarización se convierte en un estresor potente (también para los padres y profesores) influyendo negativamente sobre la autoestima, percepción de las competencias sociales y las expectativas futuras. No cabe duda que todas las personas implicadas de forma consciente o inconsciente consideran que el niño con fracaso escolar tiene fuertemente disminuidas sus posibilidades de integrarse de forma satisfactoria en el mundo socio-laboral y esto, de forma directa o indirecta se le es transmitido continuamente al niño. Para leer el estudio completo ir aquí. Para conocer más sobre la depresión, visitad el magnífico blog de José Ramón Alonso.



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